cartapacio
174
Acotaciones
, 28, enero-junio 2012
ramos. Medea, que se imagina algo, deja de tomar la píldora y se hace
la descuidada. ¡Quién me iba decir a mí, que no he tomado más que
calimocho, que acabaría bebiendo champán con virutas de oro! Me-
dea me dice que está embarazada… mellizos. Adiós las burbujas. Ese
mismo día pido cita para una vasectomía. Cuando Medea se entera,
se pone hecha una fiera. «No te saldrás con la tuya, Jasón». Abre el
congelador. Junto al sorbete de limón, el sucedáneo de cangrejo y las
bolsas de menestra, Medea almacena semen congelado.
IX
M
edea
.– ¿Recuerdas cuando vinimos? Atravesamos la costa de Teguise.
Los peces desde la orilla se reían de nosotros. Tú insistías en hacerme
la marcha atrás y yo pensé que si una gota de tu semen, tu esperma,
tu chapapote caía fuera, contaminaría el fondo marino y los pólipos
y los atunes desovarían cientos de huevas con tu rostro. Yo era feliz
en nuestro cayuco, lo tenía como una patena. Pero tú silbabas a cada
lancha motora que pasaba a nuestro lado mientras yo vomitaba. «¿Te
mareas?». No, creo que estoy embarazada. Luego parí sola, de pie. El
cordón umbilical lo corté con los dientes.
J
asón
.– ¿Tienen calor?
M
edea
.– Tienen mal color.
J
asón
.– Déjame verlos.
J
asón
.– Cu-cú. Cu-cú.
M
edea
.– ¿Qué haces?
J
asón
.– También son mis hijos. ¿Dónde está papá?
J
asón
.– No se mueven mucho.
M
edea
.– Tampoco se movían esta mañana. Ni ayer. Los Espartanos,
cuando nacía un varón, lo arrojaban al suelo para comprobar si llega-
ría a ser buen soldado.
J
asón
.– Cu-cú. Cu-cú. ¿Se parecen a mí o qué?
M
edea
.– Sí, Jasón. Si los ponemos en un féretro de cristal, no serán ne-
cesarias las pruebas de paternidad.
J
asón
.– ¿Por qué lo hiciste?
M
edea
.– Yo no hice nada. Los engendré y los parí. Antes de que pudiera
verlos me los han llevado para perforarles las orejas. Me han dicho que
1...,164,165,166,167,168,169,170,171,172,173 175,176,177,178,179,180,181,182,183,184,...224