DIEZ ESPECTÁCULOS DEL SIGLO XXI
Acotaciones
, 28, enero-junio 2012
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Correa y Álvaro Pérez, «el Bigotes», muy trajeados y acompañados de sus
respectivas señoras.
Los dos autores de
Alejandro y Ana
supieron sacar partido de este cu-
rioso evento en una obra en donde los contrayentes brillan por su ausen-
cia. Tampoco tiene un papel relevante el Presidente del gobierno, aunque
hace un lucido discurso sobre la belleza de la poesía de Luis Cernuda (era
un momento en que el líder de la derecha trataba de apropiarse de ciertos
iconos culturales de la izquierda, como Manuel Azaña). Los auténticos
protagonistas de
Alejandro y Ana
, aparte del público, convertido en invitado
al banquete, son los secundarios de la celebración, incluso la figuración:
los tres candidatos a la sucesión de Aznar en el liderazgo del Partido Po-
pular, el amigo italiano, el escritor de los discursos del Presidente, las
mujeres de dos políticos que se retocan el maquillaje en los lavabos, el
chófer del Presidente, dos de las camareras que sirven el selecto cóctel...
Estructurada en una serie de escenas independientes unidas entre sí por
el vuelo de las gaviotas (ave emblemática del Partido Popular) entre las
mesas de los invitados/espectadores, la obra se convertía en un observa-
torio privilegiado sobre los tics de la derecha española y europea. «Esta
obra es apolítica, es decir, de derechas», confesaba Juan Mayorga. Y, en
efecto, el punto culminante de la función era la diatriba de la camarera de
derechas a su compañera de izquierdas mientras las dos tiraban a la basu-
ra los restos del banquete: la lucha ideológica en los márgenes del sistema.
Javier Gutiérrez, inigualable en su caracterización de camarera gallega,
hacía una poderosa declaración de principios: «el mundo es de derechas».
¿Tú quién prefieres ser, Dios o el corderito? El cuento del corderito lo entien-
den en todas partes, y en todas partes se ríen del corderito, que el pobre va a
pedir a Dios una pizca de justicia y Dios se descojona. Dios es de derechas. El
mundo es de derechas. La vida es de derechas. Yo soy de derechas. Tú eres de
izquierdas y mira para qué te sirve. ¿Para estar toda la tarde que si mira estos
pasteles, que si mira esta tarta, que la estamos tirando enterita a la basura, con
la de hambre que hay? ¿Para estar todo el día amargá, para eso te sirve ser
de izquierdas? Si te hicieses de derechas, te ahorrarías más de un disgusto.
Todos los de izquierdas sois gilipollas. Y unos amargaos. Eso es lo que sois los
de izquierdas, unos gilipollas amargaos. Yo al menos me río de vez en cuando.
Y, de vez en cuando, me como una gamba.
(
Coge una gamba, la pela, se la come y sigue vaciando platos con su cucharón.
)
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