DIEZ ESPECTÁCULOS DEL SIGLO XXI
Acotaciones
, 28, enero-junio 2012
209
ducen aburrimiento,… ¡¡pero la obra me estaba gustando!! Tardé algo de
tiempo, una vez acabada la función, en darme cuenta de lo que causaba
esos sentimientos encontrados y de que tuviese más fuerza el placer pro-
porcionado por el espectáculo que el hastío que siento por la reiteración
de los mismos temas de siempre.
Creo que la causa se encuentra en que los personajes no sufren, sino
que actúan, toman medidas de forma inmediata para salir de apuros o
superar el inesperado obstáculo que se les ha presentado; los personajes
de
Veraneantes
no se lamentan de lo mal que les salen las cosas, sino que
luchan por evitar el derrumbe de su artificiosa vida plagada de apariencias
y si no pueden evitarlo, por lo menos tratan de disimularlo, de ocultarlo a
la vista de los demás. Son fracasados activos y sonrientes.
Otro ingrediente del éxito es, sin duda, el sentido del humor, el ridículo
en que se pone a menudo a esos hombrecillos y mujercillas que creen tener
una estatura social mayor de la que realmente tienen. He reconocido en
los personajes de
Veraneantes
comportamientos poco edificantes de com-
pañeros de trabajo, de mis vecinos y de algún que otro pariente cercano,
pero el humor me ha impedido tomármelo en serio, el humor lo ha man-
tenido a distancia de mis propias emociones y me ha permitido observarlo
y analizarlo.
Pero de todas las características que pueden dar identidad distintiva a
las creaciones escénicas de Miguel del Arco la más sobresaliente, la que
primero atrae la atención, la más reconocible consiste en la sensación de
que el suyo es un teatro que nace del espíritu de equipo, donde no sobre-
salen unas individualidades sobre otras, donde la creación de cada uno es
consecuencia e impulso para la creación de los demás.
Jorge Saura
1...,199,200,201,202,203,204,205,206,207,208 210,211,212,213,214,215,216,217,218,219,...224