teatro-mínimo tres - page 29

29.
Desguace,
Gabriel Fuentes
Sebastián.-
(Ríe amargamente.)
Primito...
Alfredo.- Trabajamos para la misma empresa. Andrés es el responsable de esta zona y
yo he venido a conseguir que ...
Sebastián.-
(Cortante.)
Os venda el desguace.
Alfredo.- Aha. No me hagas sentir como un...
Sebastián.- Es justo lo que eres.
Alfredo.- Las cosas son así.
Sebastián.- Son así.
Alfredo.- No te estamos engañando. Te estamos ofreciendo una oportunidad. Otros ya
la han aprovechado. Sólo tú te resistes a ver que es la única opción.
Sebastián.- Sois los responsables de que ya no venga nadie. De que todo esto se vaya al
carajo. Esto era un polígono dedicado a un trabajo decente.
Alfredo.- Lo sé, Sebas.
Sebastián.- Cuando alguien necesitaba una o varias piezas podía encontrarlas aquí o en
el desguace de Manuel, de Peti o de Julián. Compartíamos y esto generaba un flujo
de gente más que interesante.
(Bebe.)
Yo les mandaba clientes y ellos a mí. Éramos
un equipo... Todas las piezas son importantes, Alfredo. Un sitio humilde, pero
digno. ¿Cómo se dice digno en alemán?
(Silencio.)
Vuestro dinero y vuestro ansia
especuladora ha acabado con todo. Miente al que quiera creerte, primo.
Alfredo.-
(Silencio.)
El mercado es así.
Sebastián.- Claro. Él manda.
Alfredo.- Y es legal.
Sebastián.- Completamente legal. Sí, señor alemán.
Alfredo.- ¡No soy...! Es mejor que no te metas por ahí. Hay cosas que es mejor olvidar.
Sebastián.- Quizás el problema es que no me he metido antes. He hecho la vista gorda
porque ellos eran mis compañeros y ganaron un dineral. Y se compraron casas, y
coches nuevos. ¿De qué les ha servido ahora que no pueden pagarlos?
Alfredo.- No han sabido aprovechar la oportunidad.
Sebastián.- Es la codicia, Alfredo. Es la enfermedad propia del ser humano. ¡No se puede
crecer hasta el infinito!
(Riendo.)
¡La estupidez humana sí que es infinita!
Alfredo.-
(Silencio. Se acerca y le pone la mano sobre el hombro.)
Estoy de tu parte, primo.
Pero debes pensar qué es lo que quieres para tu futuro.
(Le acaricia el pelo.)
Dar-
te cuenta de que has perdido la oportunidad de tu vida es un auténtica mierda.
Créeme.
Sebastián.- Las cosas no son tan sencillas.
Alfredo.- No debes pensarlo. Has hecho todo lo que has podido. Este era el sueño de los
abuelos, ni el tuyo ni el mío. ¡El mundo es muy grande, Sebastián!
(Un momento.
Le acaricia la mejilla. Susurra.)
Este país se derrumba. ¡Se derrumba! Hay que saltar
a otra cosa.
(Sus labios están cerca. Silencio. Se aparta.)
No quiero seguir insistiendo,
1...,19,20,21,22,23,24,25,26,27,28 30,31,32,33,34,35,36,37,38,39,...110
Powered by FlippingBook