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Teatro Mínimo nº
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pero si lo vendieses sacarías lo suficiente para poner un negocio en Stuttgart.
(Le
acaricia la nuca.)
Algo pequeño que te permitiese mirar adelante. Y tener tiempo
para ti. Para viajar. Sí, Sebastián. Viajar. Recuerdo que siempre quisimos conocer
mundo. Juntos...
Sebastián.- Sueños.
Alfredo.- Sólo depende de ti.
Sebastián.-
(Silencio. Mira por la ventanilla.)
Está oscureciendo.
(Silencio.)
A veces pasan
dos o tres días hasta que veo a alguien. Este último año, sin la abuela, ha sido es-
pecialmente duro. Convivir con ella no era fácil, ya sabes cómo se las gastaba, pero
estar solo es mucho peor. Es insoportable.
Alfredo.-
(Se le acerca por detrás.)
Puedes acabar con esta situación.
Sebastián.- Crecimos aquí...
Alfredo.- Debes apartarlo todo y construir tu camino. Yo no voy a hundirme en la mi-
seria.
Sebastián.- No es fácil.
Alfredo.- Es simple. Tú o tus raíces.
Sebastián.-
(Silencio.)
Eso lo dices porque vives fuera.
Alfredo.- ¿Qué?
Sebastián.- Así es fácil olvidar. Las condiciones cambian a la gente. Haces cosas que
nunca te hubieses imaginado. Todos somos maravillosos cuando las cosas van
bien.
(Silencio.)
Alfredo, en este país hay personas que están perdiendo su hogar. Y
algunos se suicidan. ¡Se matan, entiendes! La gente pasa hambre y penurias, pero
pelean por sus cosas, necesitan mantener sus raíces. ¿Sabes por qué? Porque es lo
único que les aleja de toda esta locura.
(Silencio.)
Éste es mi hogar.
Alfredo.- Se equivocan todos.
Sebastián.- No sé cómo eres capaz de mirar a otro lado.
Alfredo.- No es mirar a otro lado. Es admitir que hay otras opciones. Irse.
Sebastián.- Tú eres muy dado a eso. ¿Has pensado que si no te hubieses ido quizás no
estaríamos en esta situación?
Alfredo.- No intentes culparme de algo con lo que no tengo nada que ver.
Sebastián.- Nunca tiene que ver contigo pero siempre estás en medio.
Alfredo.- Si eso es lo que crees... No he venido para que me ataques.
Sebastián.- Me parece bien que vuelvas a desaparecer. Siempre es mejor que hacerle
frente.
Alfredo.- No voy a entrar en tus juegos, Sebastián.
Sebastián.- Esa es una de tus virtudes. No entrar en ningún juego y, a la vez, jugar con
todos.
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